Qué ver en la ciudad de Waterford: su historia medieval y vikinga
Fundada por los vikingos en el año 914, Waterford es considerada la ciudad más antigua de toda Irlanda. Waterford deriva del nórdico Veðrafjǫrðr que significa «fiordo ventoso». Más de mil años después, se puede encontrar una interesante exposición de sus tesoros vikingos en la torre de Reginald.
En 1170, un caballero inglés con el nombre de Enrique II llegó navegando por el río Suir en busca del señor normado Strongbow. Pasando la península de Hook, a su derecha, y el pequeño pueblo de Crook a su izquierda, se comprometió a llegar a la ciudad «por las buenas o por las malas». Así comienza la historia del Waterford anglo-normando, una historia compleja y llena de detalles.
En la época medieval, Waterford fue la segunda ciudad del país detrás de Dublín, pero decayó debido al peso de la hambruna en el siglo XIX.
En el siglo XVII fue testigo de guerras religiosas y en el XVIII prosperó con la fábrica de cristal de Waterford. Además de la sede de uno de los fabricantes de cristal más famosos del mundo, Waterford Crystal, esta pequeña ciudad cuenta con laberínticas callejuelas y edificios coloridos.
Para tomar un tentempié, lo recomendable es pasarse por el Grange Café o el café Lucia y probar los famosos panecillos ‘blaa’ de la ciudad.
Los “blaa” son unos panecillos blancos o bollos típicos en los condados Waterford y Kilkenny, aunque históricamente realizados en Wexford. El blaa de Waterford, frecuenteme mal escrito como «bla» o «blah», suele ser muy suave y cubierto de harina blanca. Aunque existen otras variedades de blaa más duros, con un exterior crujiente pero más sabroso.
En Waterford, estos panecillos se comen principalmente en el desayuno con mantequilla, aunque los irlandeses pueden comerlos en cualquier momento del día con una amplia variedad de rellenos, como carnes rojas o corned beef.
Compra algunos quesos de la zona, carnes, zumos orgánicos, y ya tienes el picnic perfecto. A tan sólo diez minutos, se encuentra la Playa de Tramore, en una ciudad costera que los irlandeses recuerdan desde de su infancia. El lugar dónde acudían a jugar, a enterrar a papá en la arena y a rodar por las dunas.
La fábrica de cristal de Waterford
Mundialmente conocido, el cristal de Waterford es un producto de artesanía exquisita. En la ciudad de Waterford podrás visitar la tienda museo (el museo está cerrado durante los fines de semana durante el invierno). Puedes reservar la visita guiada en la página oficial y te ahorrarás esperar cola si vas en periodo concurrido y un eurico (12 euros entrada para adultos).
Desde su centro de visitantes podrás acceder a la tienda que incluye la oportunidad de elegir entre la mayor selección cristal de Waterford del mundo. Sorprenden piezas como una carroza o un arpa irlandesa tallada en cristal, de una calidad artística impresionante.
La visita guiada a la fábrica ofrece acceso de primera mano a todos los ámbitos de la producción de cristal tradicional: desde el moldeado y soplado hasta la compleja escultura y grabado.
El primera área en la visita a la fábrica es la toma de moldes. Waterford Crystal es una de las pocas empresas, que todavía practica el antiguo arte de la fabricación de moldes. Muy poco ha cambiado en este arte durante siglos. Moldes de madera y herramientas manuales son utilizados por los maestros sopladores para dar forma al cristal fundido.
Los moldes de madera y herramientas de mano están hechos de madera de haya y peral, que son una madera suave, que tiene una alta tolerancia al calor. Aún así, debido al calor abrasador del cristal de estos moldes tienen una vida útil relativamente corta de aproximadamente 7-10 días.
La escultura del cristal es el mismo concepto que la de la piedra, excepto que se utilizan las ruedas en lugar de mazos y cinceles. El maestro escultor trabaja las tres dimensiones esculpiendo la pieza deseada de un bloque sólido de cristal. Días, semanas y hasta meses pueden pasar antes de que se complete una pieza esculpida.
Por último, el grabado en rueda de cobre utilizado en Waterford Crystal se llama «intaglio«, que significa invertir. Para muchos de los trofeos deportivos internacionales y las piezas en cristal, el grabador puede tardar días en acabar el grabado.
Waterford Crystal ha elaborado lámparas de araña para los más famosos edificios y palacios del mundo, entre ellos la abadía de Westminster, el castillo de Windsor y el Kennedy Center en Washington DC.
Museo de los tesoros de Waterford
Situado entre la Plaza de la Catedral y el Palacio Episcopal, el Museo de los Tesoros de Waterford (8 euros la visita) es un homenaje al Waterford medieval y ofrece una visión general de la historia de la ciudad a lo largo de los siglos. Aunque de diseño exterior contemporáneo, su interior conserva cuidadosamente varias estructuras medievales dentro de sus muros. El Museo abrió sus puertas al público en 2012 para albergar todos los descubrimientos arqueológicos encontrados en décadas pasadas.
La visita es guiada, con un super amable guía local, que nos explica con todo detalle la historia de Waterford desde sus inicios. Empezamos por una torreón con escalera espiral que conduce al Chorister’s Hall, la estructura medieval más antigua que se conserva en la ciudad. Un salón con arcos a base de piedra que ha sobrevivido durante siglos
Pisos más arriba, hay una exhibición con instrumentos, piezas y vestimentas medievales.
Una de las piezas más importantes es el sombrero usado por Henry VIII, la única conservada de este rey, que fue otorgado como pensión al Alcalde de Waterford en la época medieval en 1373.
En otro de los pisos, se conserva una espectacular colección de túnicas religiosas de hilo de oro, que se escondió en un cofre durante años por temor a su destrucción durante la invasión de la ciudad por los ingleses. No olvides pasarte por la interactiva exhibición sobre las guerras contra los ingleses, donde podrás experimentar con tus manos la típicas armas medievales: arcos, espadas y pesadas granadas.
La Torre de Reginald
A pocos metros del Museo del los Tesoros, junto al muelle, se encuentra la Torre de Reginald, que también forma parte del llamado “triangulo vikingo” de la ciudad. La estructura data de finales del siglo XII y es el edificio cívico urbano más antiguo del país.
La Torre ha sido usada durante siglos como casa de la Moneda, como cárcel y sitio de guardia militar. Hoy día en su interior podemos contemplar dos colecciones fascinantes (la visita libre por 5 euros).
En la planta baja, artefactos de los vikingos y los períodos medievales están en exhibición. El entresuelo alberga una de las grandes colecciones de cartas decoradas e insignias de Irlanda.
El festival de Spraoi en agosto
La ciudad de Waterford alberga una serie de festivales durante el año, de los que destaca el Spraoi Festival,un festival de las Artes Callejeras, el primer fin de semana de agosto.
Spraoi es un festival de teatro y música en la calle. El festival toma su nombre de la palabra gaélica “spraoi”, (pron. «juerga»). Este evento viene celebrándose cada verano desde el año 1992 y ahora es el festival más grande de Waterford. La actividad principal se centra en dos puntos principales ubicadas en las plazas de John Roberts y William Vincent Wallace, donde diversos actos se han organizado incluyendo los Royal Bateristas de Burundi y la Orquesta de Ukelele de Gran Bretaña, así como las bandas más contemporáneas y músicos.
El Spraoi es un evento profesional que es organizado por más de 300 voluntarios y suele atraer un público de más de 80.000 personas para ver los eventos de música, instalaciones artísticas, cuentacuentos, talleres de técnicas de circo, ciencia y otros.
El Condado de Waterford
Más allá de la capital del condado, podrás disfrutar de unos deslumbrantes 147 kilometros costa, con 49 playas, hermosos valles de ríos, lagos y dos espectaculares montañas muy accesibles.
Te recomiendo que vayas a conocer el pueblo pequero de Admore, con su coloridas casas de paja y su coqueta playa.
Dungarvan, la capital administrativa de la provincia, se encuentra en una amplia y magnífica bahía.
Te aseguro que no te querrás marchar de este idílico paisaje costero con sus playas de “cobre”.